"...El maguey es como la raíz de nuestra tierra y el pulque su sangre, una sangre que debiera seguir alimentándonos...”




jueves, 13 de noviembre de 2014

Yo sí lo conocí I "El Infierno Esta Aquí"


Yo sí lo conocí, el no vivía en la vecindad, ni tampoco era faquir, jamás lo vi salir con un disfraz, pero si a la gente deslumbrar, le apodaban "El Tuerto", lo extraño del caso es que tenia los dos ojos, su apodo derivaba porque cuando le tomaban fotos siempre salia con uno cerrado, como si lo guiñara, coqueto, fornido y muy amable, era carnicero en el mercado, según decían podía cargar hasta 4 cadáveres de res en sus espaldas, su único defecto era que cuando se emborrachaba era mejor estar lejos. Él tomaba pulque como campeón, yo lo vi tomarse 16 litros en una sentada.

Un día estábamos tomando en una pulquería llamada , ahí servían el pulque en bandejas de plástico, ellos se empeñaban en llamarlas jícaras, cada jícara costaba $6, debo decir que el pulque que vendían estaba fuerte, espeso y pegador, si no tenias experiencia previa en esa pulquería corrías el riesgo de besar el piso a las tres jícaras, no porque fuera suelo sagrado, era por el efecto del vino de la tierra.

Cierto día me hacia acompañar de mi amigo Sergio y su novia, ellos en sus sillas y yo en un bote de pintura, incomodo pero muy efectivo, en una esquina cerca de la puerta estaba "El Tuerto", pedía y pedía, el dueño nos decía "no es por mala onda, hijos, pero este cabrón cuando se pone borracho se aloca" Sergio se reía de eso y decía "yo voy a tomar igual que 'El Tuerto'" a cada rato levantábamos las jícaras y decíamos "viva el pulque", "El Tuerto" en su rincón solo levantaba la jícara, no decía nada, no hacia falta, hasta que de repente empezó a decir "el infierno esta aquí, el infierno esta aquí", se lo decía a su mesa, a su mano, a las puertas, pero nunca a ninguno de nosotros, eramos pocos. De repente enmudeció.

Yo explore el lugar, las puertas de vaivén colgaban de una sola bisagra, las paredes se estaban descarapelando, la pintura del techo se caía por la humedad, el piso estaba lastimado, rajado y picado, como hígado de teporocho, la barra se estaba hundiendo, el fregadero goteaba, semejante destrucción me pasmaba, me intrigaba y alarmaba, la pulquería no era tan vieja, a lo mucho unos 50 años, me pregunté ¿En que momento esto empezó a decaer? Miré el entorno una vez más, Sergio seguía conversando, hablaba de pintar la pulquería, de ponerla guapa, su novia solo se reía y tomaba, "El Tuerto" al, igual que yo volteaba para todos lados, me di cuenta que él también se hacia la misma pregunta ¿En que momento esto empezó a decaer? Él la conoció antes que nosotros, posiblemente por eso decía que el infierno estaba ahí, porque a la pulquería se la estaba llevando el diablo.


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